Cuba se prepara para recibir alrededor de tres millones de turistas en 2023, según ha estimado el ministro de Turismo, Juan Carlos García Granda. Se trata de un sector que poco a poco va recuperando el pulso tras la pandemia.
Ahora, además, comienzan a regresar los turistas rusos después de varios meses en los que fueron suspendidos los vuelos directos entre ambos países. Una circunstancia que tuvo un impacto negativo tanto en la economía nacional como en la de muchos pequeños negocios privados.
Es el caso del pequeño comercio que regenta Liubov García, una ciudadana rusa que lleva más de tres décadas residiendo en la isla. Su negocio se encuentra en la feria de los almacenes de San José, donde artesanos y pintores venden a los turistas recuerdos de su visita.
García cuenta cómo su negocio comenzó a respirar el año pasado, gracias a los turistas provenientes de su país natal: “Se ponían muy contentos y alegres al encontrar a una persona que hablaba ruso y que les ayudaba a poder hacer las compras”, explica sobre su improvisada labor de intérprete. Para ella la falta del turismo ruso suponía un descenso de alrededor del 70 % de las ventas.
Ahora, las autoridades cubanas esperan que se sumen nuevas rutas, aerolíneas y touroperadores. Mientras, se trabaja en otras medidas para paliar el efecto en el turismo de las sanciones impuestas contra Moscú.
Una de ellas la anunció recientemente García Granda, cuando comunicó que se está trabajado para que los turistas rusos puedan utilizar sus tarjetas internacionales en cajeros automáticos y comercios de Cuba. Por el momento, los bancos centrales de los dos países están ultimando el proyecto.
La industria turística es el motor de la economía cubana. Aunque lejos de cifras prepandemia, en 2023 se espera recibir alrededor de 2,5 millones de visitantes que certificarían el despegue de esta actividad. Para lograrlo, el turismo ruso es prioridad.
Fuente: TASS